¿Qué hago si mi hijo tiene miedo?

¿Quién no ha sentido miedo alguna vez? Aunque es una emoción muy común, eso no significa que sea fácil para nosotros ayudar a nuestros hijos a manejarla. Hay muchas razones por las que pueden sentirse asustados: quizás le tengan miedo a la oscuridad, a quedarse solos o a contagiarse de coronavirus.

¿Qué podemos hacer? La psicoterapeuta y educadora de familias en disciplina positiva, Ana Rivera, nos da algunas claves para acompañarlos de una manera efectiva.

Lo primero que debes saber es que todas las emociones son válidas dentro del contexto en que se desarrollan y cumplen una función importante. Que generen incomodidad, no significa que sean negativas o deban ignorarse. Si tu hijo o hija está asustado, sigue estos pasos:

Ponte en su lugar y explícale que sentir miedo es normal

Valida su emoción, háblale sobre las veces en las que tú también sentiste miedo. Ayúdale a reconocer si siente miedo hacia algo real o imaginario.

Ofrécele apoyo y comprensión

Demuéstrale que juntos, poco a poco, podrán superar ese miedo. Hazle saber que estarás a su lado en todo momento. Es importante que no te burles de él ni lo avergüences por tener miedo.

Enséñale a calmarse usando técnicas de respiración

Si la emoción es muy intensa, toma sus manos, pídele que te mire a los ojos e indícale que inhale lentamente, retenga el aire por tres o cuatro segundos y exhale lentamente. 

Transmítele seguridad y confianza

Háblale con un tono de voz relajado y calmado. Evita juzgar su emoción diciendo cosas como “ya estás grande para esto” o “cálmate, ya lloraste mucho”. 

Afronta los miedos junto a él

Actúa con naturalidad para que se dé cuenta que su miedo no tiene fundamento. Por ejemplo, si le tiene miedo a los perros, no cambies de vereda cuando un perro se cruce en su camino.

Si después de seguir las recomendaciones, notas que el miedo sigue interfiriendo en su desempeño, es recomendable que consultes con un psicólogo. 

¡Acompañemos a los chicos a sentir de manera sana!

También te puede interesar: La importancia de validar las emociones de los chicos