Ñustas: las mujeres que forman parte de nuestra historia y que muy pocos conocen

Si hablamos de los incas, tenemos que hablar también de las ñustas, aunque en algunos espacios no se les tome tanta importancia al rol de estas princesas o nobles del antiguo Perú. En esta nota conocerás a dos de ellas. ¿Quiénes fueron y qué sabemos sobre sus vidas? ¡Descúbrelo aquí!

Beatriz Clara Coya

Fue la última gran princesa del Tahuantinsuyo, heredera del imperio más grande de América Antigua. Tenía este título porque su papá era Diego Sayri Tupac Inca, hijo de Manco Inca, que a su vez era uno de los hijos legítimos de Huayna Cápac. ¡Ella estaba destinada a darle el trono al próximo inca!

Aunque no hay una biografía exacta de Beatriz Clara, investigaciones revelan que nació en 1557 o 1558 y tomó el nombre de Clara porque vivió en el Convento de las Clarisas del Cusco hasta los ocho años. 

Este lugar tenía como objetivo “españolizar” a las hijas de las élites incas: ahí aprendían a hablar y escribir en español, entre otras costumbres del país europeo. Estas enseñanzas la convirtieron en una de las mujeres más educadas de la época. 

Lamentablemente, cuando los españoles tomaron el poder, la ofrecieron en matrimonio al capitán Martín García de Loyola. A pesar de eso, Beatriz no dejó atrás su legado y siguió vistiendo con orgullo sus colores.

Francisca Pizarro Yupanqui

Sus papás fueron Francisco Pizarro y Quispe Sisa, hija de Huayna Cápac. Es conocida también como “la primera mestiza”, aunque eso no está comprobado. Nació en Jauja en 1534, pero fue separada de su mamá y llevada a vivir a Lima, donde le enseñaron letras, música y arte.

Alrededor de 1548 volvió a vivir con su mamá, pero como la situación del Perú era muy caótica, la Corona decidió que lo mejor era que se fuera a vivir a España. 

Francisca Pizarro Luchó durante gran parte de su vida por ser libre, a pesar de tener un matrimonio arreglado y finalmente lo consiguió en 1581. Hasta antes de morir, fue una de las grandes representantes de la nobleza inca en España, aunque fue criada lejos en su lugar de origen.

Si conoces a otras ñustas, cuéntanos en los comentarios. ¡No olvidemos la historia de nuestras primeras mujeres!