¡Enseñemos a los chicos a cuidar a las oruguitas!

Imagina que un día vas con los chicos a revisar tus plantas y encuentras oruguitas haciendo huequitos en ellas. Seguro lo primero que pensarán será: ¿son malas? ¿pican? ¿mis plantas se van a morir? La respuesta que tenemos para ustedes es que no. 

No solo no pican, si no que si les dan un poco de tiempo, se convertirán en hermosas mariposas, que trabajarán duro polinizando las flores. Sí, así como las abejas. Lo que permite que haya comida en el mundo.

Si no saben qué hacer con ellas y no quieren hacerles daño, estos son algunos consejos del Mariposario Kali Papalote, un espacio en donde expertos enseñan a grandes y chicos sobre la importancia de las mariposas en el ecosistema. 

Así puedes cuidar a las oruguitas con tus hijos

1. Colóquenlas en un envase seguro. Puedes usar un vaso o pomo transparente de vidrio o plástico. Asegúrense que esté limpio antes de ponerlas ahí. No se olviden de hacer huequitos en la tapa para que puedan respirar bien.

2. Aliméntenlas todos los días. Es importante que les den un poco de sus plantas cada día. No se preocupen si pierden algunas hojas, en unas semanas rebrotarán. Si pueden, incluyan en el “nido” algunas ramitas para que se puedan mover con facilidad y puedan colgarse cuando llegue el momento de la gran transformación.

3. No se asusten si no se mueven. Hay dos cosas que ellas aman hacer: comer y dormir. Así que si notan que no se están moviendo, probablemente se están echando una rica siesta.

4. Sáquenlas de vez en cuando. Si ven que su casa está sucia, pueden ponerlas por unos minutos en otra superficie para limpiarla. ¡Háganlo con mucho cuidado!

5. Tengan mucha paciencia. Normalmente las orugas comen sin parar durante cuatro días. En ese momento alcanzan un tamaño 2000 veces superior al que tenían cuando eran bebés. Después de eso, ayudándose de una seda, comienzan con su proceso de metamorfosis, que dura dos semanas. 

Ojo: si las agarran cuando ya están colgadas se pueden caer, mejor esperen a que salgan solitas y despleguen sus alas. ¡Se sorprenderán!

¿Ven que no es tan difícil? Con un poco de práctica ustedes se convertirán en grandes protectores de las mariposas. ¡Inténtelo en casa!