Túpac Amaru y Micaela Bastidas: Memorias de una lucha | canalipe.tv

Identidad · 18 de Nov 2020

Túpac Amaru y Micaela Bastidas: Memorias de una lucha

La rebelión sucedió hace 240 años y tuvo como escenario el departamento del Cusco.

 

¿Cuántas veces en el colegio hemos escuchado mencionar a Túpac Amaru II? Muchas. De hecho, es uno de los precursores de la independencia que más recordamos de los primeros años de estudio. Este hombre, cuyo verdadero nombre era José Gabriel Condorcanqui, lideró una de las rebeliones indígenas más importantes del Perú y el continente americano. En noviembre se conmemoran 240 años de aquella sublevación que tuvo como escenario el departamento del Cusco.

 

¿Quién fue Túpac Amaru?

Túpac Amaru en quechua significa serpiente resplandeciente. Fue un caudillo indígena y uno de los últimos incas de la dinastía rebelde de Vilcabamba. Nació el 19 de marzo de 1742 en la provincia de Canas, en Cusco. Al cumplir los 20 años se casó con Micaela Bastidas y tuvieron tres hijos a los que llamaron Hipólito, Mariano y Fernando.

 

Era un hombre muy culto y dominaba varios idiomas como el quechua, castellano y latín. Posteriormente, se desempeñó como cacique de las regiones de Tungasuca, Surimana y Pampamarca. Las personas lo apreciaban por su linaje inca y educación, pero sobre todo porque siempre defendía al campesino de las injusticias del virreinato.

 

Micaela Bastidas, valiente y luchadora

Personaje clave en la historia peruana y en la rebelión de Túpac Amaru. Micaela Bastidas fue hija de una indígena y de un español descendiente de africanos. Se casó con el cacique a los 15 años y desde entonces lo acompañó en toda su lucha.

 

Micaela Bastidas desarrolló una ideología independentista al igual que su pasión por la defensa de esclavos, indígenas, criollos y mestizos que sufrían abusos por parte de la Corona española. En la rebelión, lideró el batallón femenino conformado por pobladoras andinas, aymaras y quechuas. Reivindicando así el papel de la mujer indígena y su participación en política.

Túpac Amaru
Proyecto Wakaya

Rebelión y derrota

En el siglo XVIII surgieron una serie de manifestaciones en contra de la administración española en el país. En esa época, las poblaciones indígenas fueron sometidas a pagar aduanas y otros altos impuestos. Ante esas injusticias, Túpac Amaru en su condición de cacique, fue a hablar con el visitador español José Antonio de Areche, para impedir que se sigan cometiendo estos abusos económicos. Sin embargo, no obtuvo ninguna respuesta.

 

La negativa, originó la primera fase de la rebelión con el apoyo de otros curacas, mestizos y algunos criollos. El 4 de noviembre, Túpac Amaru apresó al corregidor Antonio de Arriaga y lo obligó a entregarle dinero, armas y animales. Días después lo mandó a ejecutar.

 

La noticia llegó a las autoridades de Cusco y también hasta Lima. Desde la capital, el virrey envió un batallón para que se sumen a las filas de los opositores de Túpac Amaru. El 18 de noviembre de 1780 se enfrentaron ambos bandos en el pueblo Sangarará, donde triunfaron los españoles y lograron derrotar al líder cusqueño. 

 

Después de varios meses, la muerte de José Gabriel Condorcanqui se ejecutó el 18 de mayo de 1781. Primero, fue obligado a presenciar cómo torturaban y mataban a sus seres queridos y aliados. 

 

A su hijo Hipólito le cortaron la lengua y murió ahorcado. Fernando y Mariano fueron sometidos y después desterrados. Fallecieron años después lejos del Perú. Por su parte, a Micaela Bastidas también le cortaron la lengua y la golpearon hasta quitarle la vida.  A Túpac Amaru le esperaba lo peor. Cada una de sus extremidades fue atada a cuatro caballos para que tirasen de ellas y los desmembraran; sin embargo, no pudieron descuartizarlo vivo.

 

Al ver que la atroz idea no se pudo concluir, sus verdugos optaron por decapitarlo y posteriormente despedazarlo. Su cabeza y las otras partes de su cuerpo fueron repartidas y enterradas en diferentes localidades del Cusco.

 

La rebelión de Túpac Amaru quedó en la mente y el recuerdo de todos los peruanos. Con su muerte, obligó al virreinato a hacer cambios en el sistema político y administrativo. Se creó la Audiencia en la Ciudad inca, donde se denunciaban los abusos contra los indígenas. Los asesinatos de José Gabriel Condorcanqui y Micaela Bastidas fue el inicio de la lucha por la independencia del Perú y un ejemplo de revolución en el mundo entero.

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